lunes, 25 de noviembre de 2013

UN ASESINO DE MASCOTAS

Es la única manera que se nos ocurre de explicar la ingente cantidad de cartelitos como el del otro día





Especialmente llamativo es el caso de CALLIOPE, cuya foto está, y no exagero, en cada poste de cada esquina de la ciudad. La historia es muy triste: Una desconsolada madre busca el perro de su hija recientemente fallecida. Los carteles llevan ahí desde que llegamos y la recompensa ya ha ascendido a 1000$.


Afortunadamente, hay historias que acaban bien. O algo así:


Y otras imposibles de clasificar:




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viernes, 22 de noviembre de 2013

HABLEMOS DE ALCOHOL

que es lo que os gusta a todos. En lo referente a precios, diría que es el producto que mayor diferencia presenta respecto a España, junto con el pescado y los frutos secos. No puedo hablar de su calidad porque, evidentemente, a esos precios no he catado más que alguna birra ocasional (y un mejunje muy raro elaborado a base de whisky, cerveza de raíz, jengibre y no sé qué historia más... ). Pero lo que quería comentar es el excesivo celo con que los negociantes cuidan de pedirte SIEMPRE tu carnet antes de expender cualquier bebida alcohólica o de permitirte el acceso a un bar que las venda siquiera. Ya sabréis que aquí la edad legal se aplaza hasta los veintiuno, pero la norma dicta que se debe pedir identificación a todo ciudadano que aparente menos de CUARENTA Y UN años. Si bien resulta halagador que uno le sigan parando, no quiero pensar en lo triste que será el día que dejen de hacerlo.



En la foto, reclamo a la entrada del Bar Bernardo presumiendo de su célebre Wicky Wacky Woo. Dicen que todo estudiante que pisa Davis debe probar en alguna ocasión este quitapenas. Para que os hagáis a la idea, la receta es la siguiente:

1/2 oz. Vodka 
1/2 oz. Gin 
1/2 oz. Rum 
1/2 oz. Tequila 
1/2 oz. Triple Sec 
1 oz. Amaretto 
1 oz. Orange Juice 
1 oz. Pineapple Juice 
1 oz. Cranberry Juice 
1/2 oz. Bacardi 151-proof Rum in straw.


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viernes, 15 de noviembre de 2013

¡ALARMA! (II)

Hace unos años, preparando la fiesta de despedida de un amigo, tuvimos la ocurrencia de llenar una piscina con cocacola y lanzarle cientos de Mentos mientras el homenajeado se estuviera bañando (así las gastamos, sí). Obviamente, la realidad frustró nuestros planes, que se revelaron descabellados principalmente porque:

1. Resulta que una piscina, por pequeña que sea, alberga bastante más líquido del que podría parecer a simple vista.
y
2. Caímos por primera vez en la cuenta de que el litro de Coca Cola se vende más caro que el de agua (¡más caro incluso que el de gasolina!).


Si de pronto he recordado esta historia es porque, aquí, los automóviles encargados del reparto de Coca Cola lucen un aspecto retro muy similar al de los camiones de bomberos. Juzguen ustedes mismos:





Párense por un momento a considerar esta extraña asociación. ¿No sería maravilloso que en lugar de emplear agua, los bomberos estadounidenses apagasen incendios a manguerazos de refresco? Emplear la chispa de la vida para salvar vidas apagando chispas, o algo así. Ahí dejo la idea, como regalo para los responsables de márketing.

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miércoles, 13 de noviembre de 2013

¡ALARMA!

La irritante serenata de las sirenas de policías, bomberos, ambulancias y cazafantasmas en perpetuo estado de emergencia integra la banda sonora de Davis. Aunque, a decir verdad, uno se acostumbra enseguida. De hecho, incluso reconforta saberse así de protegido. Habrá quien argumente a la inversa (que es el crimen el que abunda) pero es difícil imaginar un delito en esta comunidad tan idílica.

Una ojeada a la publicación gratuita The California Aggie nos saca de toda duda: en cada ejemplar publican una relación detallada de los agentes movilizados a lo largo de la semana. ¿Que un ciclista se cae mientras circula? Allá se personan todos los efectivos disponibles. ¿Que tu hijo se ha dormido en estado de severa embriaguez dentro de tu coche y ahora no puedes entrar? Lo mismo.

¿No puedes convencer a un amigo de que se marche de tu casa y te deje dormir? ¡Ea!

¿Tu compañera de piso ha salido desnuda al jardín para aullarle a la luna? Dale.

¿Quieres denunciar a tus vecinos aunque no sabes tu dirección? Tira.

¿Un mendigo te ha amenazado con una percha de madera? Pallá que nos vamos.

¿Sospechas que tu hermana de quince años pueda estar poseída por el demonio?

¿Mapaches muertos ocupando parcialmente la vía circulatoria?

¿Tu padre te ha dado un tortazo?

¿Tu hija se niega a ir al cole?

Monumento al perro policía.



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lunes, 11 de noviembre de 2013

CUMPLEAÑOS AMERICANO

Maravillas del calendario. Todos quienes vinieron al mundo antes del idus (siempre y cuando no hicieran como un servidor y se presentasen en escalera) pueden disfrutar de dos aniversarios anuales. Bioletti, que nació el día de las torres gemelas, ya celebró su cumple en septiembre, pero teniendo en cuenta que en estas tierra reordenan las fechas a su antojo, colocando primero el mes y a continuación el día, descubrimos que el sábado era de nuevo 11-9-2013. Y, ¿qué queréis?, cualquier excusa nos parece buena para festejar.

Así que nos regalamos un solomillo especialidad de la casa (de la mía, se entiende).


Luego nos zampamos un bizcocho que quedó algo chuchurrío (en mi descargo diré que el horno funciona en grados Fahrenheit) y nos fuimos con los del labo de cenorra a un Tailandés.
  
Memento mori

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lunes, 4 de noviembre de 2013

HALLOWEEK IV: DRAGULA



681 kilómetros nos recorrimos hasta Pomona para vivir la auténtica experiencia de Halloween: la ceremonia de clausura de la Rob Zombie's Great American Nightmare, espectáculo que llevaba celebrándose todo el mes, y este sábado acababa a lo grande. 


Seguro que podéis adivinar por dónde se entraba.

Empezamos visitando las casas del terror, inspiradas en tres películas del anfitrión: The Lords of Salem era un laberinto que había que recorrer con la cabeza cubierta por una capucha mientras sonaba una musiquilla irritante e iban pegándote sustacos. The Haunted World of El Superbeasto no sólo era muchísimo mejor que el bodriete homónimo, sino que resultó ser el mejor espectáculo en 3D que he visto jamás. Y finalmente La Casa de los Mil Cadáveres, que estaba llena de imágenes repugnantes, representaciones de todo tipo de salvajadas y figurantes disfrazados que persiguieron a Bioletti por todo el recorrido.  


¿No es ese el monstruo de Golpe en la Pequeña China? 
El de detrás, listos.

Los Eagles of Death Metal dieron un concierto cumplidor, de teloneros. Empezaron flojicos ante un público bastante indiferente, pero consiguieron remontar a base de meter más y más caña. Cómo sería la cosa que Joey Castillo cascó la primera baqueta en la segunda canción y ya hacia el final reventó uno de los platillos (¡¿?!) por lo que Jesse Hughes y Dave Catching se vieron obligados a improvisar un descojonante duelo de guitarras. 


A continuación llegó Rob Zombie, el concierto que todo el mundo menos nosotros había ido a ver. Aprovechando nuestra inmejorable posición nos quedamos a verlas venir y acabamos flipando con el espectáculo más grande del mundo:  Instrumentos grotescos, chorros de espuma, robots gigantes bailongos, proyecciones satánicas, cañones de confeti, disfraces que cambiaban entre canción y canción, improvisada versión de Metallica con Urutsukidoji de fondo... pero lo mejor de la noche llegó cuando, para clamor popular, el guitarrista tocó el himno de USA con los piños y se cascaron la versión definitiva de los Grand Funk mientras caían globos enormes con los colores de la bandera y el recinto amenazaba con venirse abajo. La piel de gallina, oigan.



Ah, y tocaron Dragula, claro. 

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viernes, 1 de noviembre de 2013

HALLOWEEK III: HALLOWEEN







Ya tarde, cuando todo el mundo se había retirado, una enorme vomitona decoraba la acera. A algún niño debió de sentarle mal la recaudación.

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